El primer espacio de pertenencia
La familia es el lugar donde cada niño y niña comienza a construir su identidad. Allí se aprenden los primeros gestos de cuidado, se transmiten valores y se desarrollan los vínculos más significativos. No existe una única forma de familia: cada una es distinta, y en esa diversidad está su mayor riqueza.
El juego como lenguaje de la infancia
Para los chicos, el juego es mucho más que un pasatiempo: es una manera de comunicarse, de expresar emociones y de explorar el mundo. Jugar en familia refuerza la confianza, abre conversaciones y ayuda a transformar lo cotidiano en una experiencia compartida.
Identificación, diversidad y empatía
Cuando los niños representan a su familia en un juego, se reconocen en lo que crean y encuentran un espacio donde validar sus vivencias. Esa experiencia también abre la puerta a hablar de diversidad, a descubrir que existen múltiples realidades y a practicar la empatía poniéndose en el lugar del otro.
Una propuesta que acompaña
En Pompidu creemos que el juego es un puente hacia la conexión, la autonomía y la creatividad. Con esa mirada diseñamos Mi Familia, una herramienta lúdica para que los chicos puedan armar sus propios vínculos, explorar diferentes posibilidades y crecer jugando.
